abril 08, 2012

Diario de viajes, Carnet de voyage, Travelogue, etc.

El diario de viajes es un género literario y plástico que evoca el viaje en un sentido amplio: viaje interior, exploración de una tierra desconocida, o un viaje iniciático alrededor de un único tema y durante un lapso de tiempo determinado. 
A diferencia del relato de viaje, que nos propone una lectura lineal, o de las novelas  de aventuras, que son enteramente ficcionales, los diarios de viaje invitan a una lectura fragmentada. esto es aun más comprobable si se tiene acceso a los manuscritos originales, a menudo repletos de croquis, fotos o dibujos y frases o textos dispersos.
Uno de los soportes más famosos para esta creación plástica y literaria son los moleskine.

Moleskine, el cuaderno legendario
Es una historia que empezó hace muchos años, con un objeto negro de tamaño bolsillo, producto de una gran tradición. Moleskine es el heredero del legendario cuaderno de notas utilizado por artistas e intelectuales de los dos últimos siglos, desde Vincent van Gogh a Pablo Picasso, pasando por Ernest Hemingway y Bruce Chatwin. Un sencillo rectángulo negro de puntas redondeadas con una goma elástica que sujeta las cubiertas y un bolsillo en el interior. Se trata de un objeto algo anónimo, pero tan esencial que resulta perfecto. Durante más de un siglo se fabricaba en un pequeño taller francés que abastecía las papelerías parisinas a las que acudían artistas y escritores internacionales de vanguardia.
Bruce Chatwin, que lo llamaba "moleskine" por el material de las cubiertas, fue probablemente su mayor impulsor. A mediados de los años 1980 empezó a ser difícil encontrarlo. en su libro Los trazos de la canción Chatwin nos cuenta la historia del pequeño cuaderno negro. En 1986 el fabricante cierra el taller familiar situado en Tours. "Le vrai moleskine n'est plus", fue el teatral anuncio que recibió de la duela de la papelería en Rue de l'Ancienne Comédie donde solía ir a comprarlo. Chatwin compró todos los cuadernos que consiguió encontrar antes de iniciar su periplo australiano, pero no fueron suficientes. 
En 1997 un pequeño impresor de Milán recupera el legendario cuaderno utilizando el nombre literario con el que renueva la extraordinaria tradición que lo caracterizaba.
Siguiendo las huellas de Chatwin el cuaderno Moleskine® reanuda su viaje y esta vez se propone como un complemento indispensable de las nuevas tecnologías portátiles. Captar la realidad en movimiento, capturar detalles, anotar las sensaciones únicas de la experiencia; de esta forma el cuaderno Moleskine se convierte en una especie de acumulador de ideas y emociones que podrá ir liberando poco a poco.
Sin embargo no es el único fabricante de este tipo de objeto. Hay múltiples marcas que fabrican cuadernos de notas similares, de idéntico o parecido formato y características, aunque sin explotar el mismo nombre. Entre ellas pueden mencionarse Leuchtturm, Quo vadis, Rhodia o Brügge
La elección dependerá del grado de fetichismo de cada cual. Y también del bolsillo!

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